Partimos de un modelo que reconoce que nuestra personalidad y comportamiento son moldeados por nuestras experiencias a lo largo de la vida. Si bien la genética y los factores biológicos influyen, es el aprendizaje y las experiencias vividas lo que realmente da forma a quiénes somos. Y lo más importante, el aprendizaje continúa a lo largo de toda la vida.

Una de las cosas que siempre advierto a mis clientes es buscar saber qué tipo de enfoque terapéutico se está utilizando en su terapia. Esto se debe a que muchas veces se crea un rechazo hacia el psicólogo/a que han frecuentado, y por eso ya no quieren volver a terapia, cuando la razón real es que el tipo de enfoque terapéutico utilizado anteriormente con este cliente no era el adecuado para él o para ella en aquel momento. Por eso, recomiendo a mis clientes conocer qué enfoque se ha utilizado si ya han asistido a terapia antes.

De esta manera, si deciden cambiar de psicólogo/a, no generalicen a todos y no busquen el mismo enfoque anterior si no ha funcionado, o al revés, volver a buscar el mismo enfoque si han sentido mejoría. Mi enfoque es la terapia cognitivo-conductual, la cual ofrece un camino hacia la transformación personal y el crecimiento constante, brindando herramientas para convertir cada experiencia en una oportunidad de aprendizaje y crecimiento.

La terapia cognitivo-conductual no solo tiene sentido, sino que también ofrece una vía efectiva y científicamente respaldada para alcanzar una vida más saludable y equilibrada.

¡Espero ser tu compañera en este viaje de transformación y crecimiento!